En los niños no es demasiado frecuente la tristeza o el abatimiento como en los adultos, en ellos predomina las manifestaciones de tipo fisiológico al ser mayor la dificultad para expresar las emociones y los sentimientos, las manifestaciones del duelo suelen ser más bien cambios de conducta o de humor, alteraciones en la alimentación y en el sueño, y disminución del rendimiento escolar.
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